Orugas procesionarias de los pinos y perros, ¡peligrosa combinación!
Las orugas procesionarias o Thaumatipoea pityocampa son unos insectos con capacidad urticante que se encuentran en los pinos y que provocan graves estragos si tu perro entran en contacto con ellas.
A finales de verano, la mariposa de esta especie pone huevos en las hojas de los pinos que eclosionan al de unos días. De esos huevos salen las larvas u orugas que se alimentan de las hojas de estos árboles. Estas orugas van construyendo sus nidos o bolsas donde permanecen por el día durante todo el invierno hasta que en febrero – julio, con el calor, las orugas descienden de los árboles para buscar un lugar más idóneo para enterrarse y crisalizar (formarán un capullo de donde saldrán en forma de mariposa a finales de verano cuando comienza el ciclo otra vez).
¿Y por qué entran en contacto nuestros perros con las orugas?
Porque nuestros compañeros son muy curiosos. No solo el refrán «la curiosidad mató al gato» se aplica a ellos. Las orugas, al descender del árbol, lo hacen en hileras, como en procesión, y los perros son atraídos con el movimiento; arriman mucho el hocico y la lengua y es cuando tenemos el problema.
Las orugas están recubiertas por unos pelos con capacidad urticante que liberan una proteína llamada taumatopeína y que generan una reaccion alérgica por degranulación de los mastocitos por liberación de histamina.
¿Qué signos nos podemos encontrar?
Son de aparición súbita. Y se consideran una URGENCIA, por lo que debeis acudir rápidamente al veterinario. La gravedad dependerá de la zona afectada, el tipo de contacto y precocidad del tratamiento
- Casos leves: generalmente por contacto mínimo. Angioedema (hinchazón debajo de la piel), eritema o enrojecimiento de los labios, y una ligera afectación de la lengua y mucosa oral que se manifiesta con una salivación excesiva. El animal, al estar molesto, se frotan el hocico con las patas o el suelo.
- Casos moderados: si el contacto es con la lengua, se produce la inflamación más o menos importante de la misma, con una considerada sialorrea. Los perros pueden presentarse con la boca totalmente abierta y con una lengua violácea. También pueden ver afectados los ojos y párpados
- Casos graves: la lengua y otras zonas del hocico (labios sobre todo) que hayan estado en contacto con la oruga puede necrosarse y llegar a desprenderse. En estos casos el estado general del animal comienza a estar afectado, además de la imposibilidad que tienen de comer y de beber. Si las ingiere, tendrá vómitos e incluso podría llegar a morir.
¿Cómo se diagnóstica?
Para el dueño es muy fácil reconocer estas orugas porque son muy características; tienen una mezcla de colores negros, gisaceos y marrones-rojizos, con muchos pelos. Además siempre van en hileras.
Es importante la época del año, conocer la existencia de pinos por la zona de paseo e incluso el observar los nidos abandonados en los árboles. El diagnóstico se fundamenta en la relación aparición signos – presencia de orugas procesionarias.
¿Cómo lo tratamos?
Lo primero acudir rápidamente al veterinario e informarles tu sospecha de contacto. El tratamiento debe de instaurarse los antes posible.
- Debemos lavar la zona afectada con abundate suero fisiológico para eliminar los pelos que no se hayan clavado (importante no frotar, para evitar que los pelos urticarios se rompan y liberen la toxina taumatopeína). Otra alternativa es el agua caliente que desactiva la toxina.
- Considerar el hospitalizarles si el estado general esta muy afectado.
- Al tratarse de una reacción de hipersensibilidad, el tratamiento consiste en la administración de:
- corticoides: hemisuccinato de metilprednisolona o prednisolona a dosis diaria de 1mg/kg vía IM
- antihistamínicos: maleato de dexclorfeniramina a dosis diaria de 0,25 mg/kg SC durante 1-3 días.
También puede usarse la difenhidramida IV lento.
- Asociar también un protector de estómago para evitar los efectos secundarios digestivos de los corticoides y antihistamínicos
- Antibioterápia: metronidazol (20 mg/kg dos veces al día) asociada a enrofloxacino suele ir muy bien cuando tenemos lesiones bucales
Además de los gaves perjucios que causan a los pinos (su alimento), no solo afecta a los animales, también a nosotros. Si entramos en contacto con sus pelos podemos tener también desde problemas cutáneos a reacciones alérgicas graves: irritación en oídos, nariz y garganta así como intensas reacciones alérgicas.
Y el problema no solo radica al tocar la oruga, si no que los nidos donde se encontraban en los árboles, también contienen muchos exudados y pelos que con el viento pueden desplazarse y entrar en contacto con nosotros o nuestra mascota, originándonos reacciones sin haber estado en contacto directo con ellas. Por eso todos los años, extensas hectáreas de bosques son fumigados para evitar que se tranforme en un problema de salud pública.
Lo mejor: evitar los paseos entre esos meses por zonas donde haya pinos
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